jueves, 17 de diciembre de 2009

Rescatemos la experiencia del 2001

Sábado 19 de diciembre

16 horas - Plaza de Mayo

Rescatemos la experiencia del 2001 

Un nuevo aniversario del 19 y 20 de diciembre nos encuentra en el camino de reconstruir la organización de los estudiantes y trabajadores que día a día llevamos adelante la educación pública. En ese sentido, nos parece necesario una vez más recuperar las experiencias de lucha de miles de compañeros a lo largo de los años, en especial, de aquel 2001. Hacer carne no sólo los métodos organizativos y las herramientas de lucha que llevó adelante el pueblo, sino a la vez plantearnos la urgencia de construir las organizaciones de clase que en una próxima vuelta nos permitan realmente avanzar contra el Estado y el Capital.
Muchos de los compañeros estudiantes y docentes hoy insertos en las luchas son producto de la enseñanza de aquellas jornadas, así como se fueron sumando muchos otros que alimentaron su entusiasmo a partir de ellas. Por eso es tan importante reivindicar este aniversario. Pero mucho más importante es plantearnos cual es nuestra tarea de construcción para que vengan uno y muchos más 2001.
El movimiento estudiantil hoy está encarando la lucha por el presupuesto y la verdadera democratización de la Universidad, rechazando el ingreso de la CoNEAU en algunas facultades y las consecuencias de la aplicación de la Ley de Educación Superior. Se continúa el reclamo por el acceso y la permanencia en el sistema educativo (por más becas, comedores, etc.) y por las condiciones edilicias, como ha sucedido en numerosos colegios secundarios de Capital y GBA. Creemos que para ganar estas luchas y poder encarar las que siguen tenemos que estar organizados en tanto estudiantes, en centros de lucha y asamblearios, abandonando la delegación de poder en manos de unos pocos que deciden y tomando las riendas de la transformación con nuestras propias manos.
En este momento de resistencia es necesario acumular experiencia para fortalecernos y luego poder golpear más duro a los opresores. Hoy más que nunca no debemos bajar los brazos. Desde la trinchera en la que nos encontremos, sostengamos la construcción de un movimiento estudiantil y docente combativo.
Hoy, el sistema educativo es el lugar que muchos elegimos para dar la pelea. Pelea que damos como parte de los oprimidos y explotados por este sistema. Los mismos que aquel 19 de diciembre dijimos: ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

¡Frente a la educación que nos imponen desde arriba, desde abajo y en la lucha  construyamos en cada establecimiento organización y educación libertaria!

lunes, 14 de diciembre de 2009

¿Por qué impedir la Asamblea Universitaria?


Este Lunes 14 de Diciembre nos hemos dado cita en las puertas del Congreso a fin de impedir que sesione la antidemocrática Asamblea Universitaria, que tenía como fin votar al nuevo rector de la UBA. Como era de esperarse, los intereses de los que hoy manejan a su antojo la Universidad fueron defendidos por la Policía Federal y el Gobierno. Así, los estudiantes unidos en el repudio fuimos reprimidos con gases lacrimógenos, tanques hidrantes y balas de goma mientras adentro del recinto la Asamblea en unos pocos minutos reelegía a Hallú como rector y daba por finalizada la sesión.

Frente a las posiciones de otras agrupaciones también presentes que centran su análisis sobre la democratización en modificaciones porcentuales de la representación de los claustros, como así aquellas que critican el carácter puramente negativo de la acción de impedir y bloquear dicha Asamblea, creemos necesario clarificar nuestra posición.

No consideramos que la acción de impedir la elección de rectores, decanos, directores en si misma (aún si se lograse prolongar por varios meses) suponga un daño al funcionamiento burocrático de la Universidad, sino que vemos en ella una forma de expresar nuestro repudio a todo tipo de representación y delegación. Situación agravada en este caso por el hecho de sesionar en el Congreso de la Nación, con custodia y represión policial y en vacaciones, obviando los mecanismos que su propia institucionalidad burguesa establece. De hecho, no se le permitió la entrada a algunos de los consejeros estudiantiles (e incluso a dos de los decanos).

Esta acción por ello es inseparable de la construcción cotidiana desde las bases. Solo a través de la lucha en la militancia diaria, en asamblea, aboliendo los claustros, podremos avanzar en la democratización. Así construiremos la fuerza con la cual imponer en la práctica a estos burócratas nuestras reivindicaciones.

De hecho, una mayor representación estudiantil por ejemplo, sin movilización de masas, tampoco aportaría a la democratización real, esto es a la constitución de un movimiento universitario consciente y en pos de un cambio revolucionario, a lo sumo aportaría al aparato político que logre hacerse de dichas bancas. Mantiene la lógica de la delegación característica de la democracia burguesa y opuesta a la subjetividad que queremos constituir.

Un verdadero proceso de democratización debe involucrar la disolución de los claustros para la constitución de órganos asamblearios de decisión por facultad/Universidad que federen a todos los sectores que trabajan y estudian desde cada aula, oficina y laboratorio. El carácter radical de esta forma de organización que propugnamos imposibilita que esto suceda fuera del marco de un proceso revolucionario, ya que para que la Universidad no se trasforme en una isla progresiva pero autista, estos órganos de decisión deben estar en permanente diálogo con todas las nuevas organizaciones que se de la clase trabajadora para autogestionar la vida social.

No obstante lo cual, esto no significa quedarnos “de brazos cruzados” a esperar que otros comiencen el cambio, ésta es una instancia más donde dar la pelea por la democratización. Debemos acompañar los reclamos por la misma, aprovechando el proceso de lucha para propagandizar, pero sin dejar de lado otras instancias y espacios que nos permiten avanzar en este sentido. Esto es comenzar a practicar, en la medida de lo posible, nuestra noción de democratización de la Universidad a través de la autogestión.

Por ello, no solo debemos repudiar esta elección de Rector, sino también de cualquier rector, consejero, decano, director, “coordinación general”, etc. elegido mediante mecanismos delegativos, y promover la acción directa en pie de igualdad y con poder de acción real de todos los integrantes de la Universidad, para tratar desde la cursada de una materia hasta el aporte de la educación superior al cambio social revolucionario.



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