jueves, 17 de diciembre de 2009

Rescatemos la experiencia del 2001

Sábado 19 de diciembre

16 horas - Plaza de Mayo

Rescatemos la experiencia del 2001 

Un nuevo aniversario del 19 y 20 de diciembre nos encuentra en el camino de reconstruir la organización de los estudiantes y trabajadores que día a día llevamos adelante la educación pública. En ese sentido, nos parece necesario una vez más recuperar las experiencias de lucha de miles de compañeros a lo largo de los años, en especial, de aquel 2001. Hacer carne no sólo los métodos organizativos y las herramientas de lucha que llevó adelante el pueblo, sino a la vez plantearnos la urgencia de construir las organizaciones de clase que en una próxima vuelta nos permitan realmente avanzar contra el Estado y el Capital.
Muchos de los compañeros estudiantes y docentes hoy insertos en las luchas son producto de la enseñanza de aquellas jornadas, así como se fueron sumando muchos otros que alimentaron su entusiasmo a partir de ellas. Por eso es tan importante reivindicar este aniversario. Pero mucho más importante es plantearnos cual es nuestra tarea de construcción para que vengan uno y muchos más 2001.
El movimiento estudiantil hoy está encarando la lucha por el presupuesto y la verdadera democratización de la Universidad, rechazando el ingreso de la CoNEAU en algunas facultades y las consecuencias de la aplicación de la Ley de Educación Superior. Se continúa el reclamo por el acceso y la permanencia en el sistema educativo (por más becas, comedores, etc.) y por las condiciones edilicias, como ha sucedido en numerosos colegios secundarios de Capital y GBA. Creemos que para ganar estas luchas y poder encarar las que siguen tenemos que estar organizados en tanto estudiantes, en centros de lucha y asamblearios, abandonando la delegación de poder en manos de unos pocos que deciden y tomando las riendas de la transformación con nuestras propias manos.
En este momento de resistencia es necesario acumular experiencia para fortalecernos y luego poder golpear más duro a los opresores. Hoy más que nunca no debemos bajar los brazos. Desde la trinchera en la que nos encontremos, sostengamos la construcción de un movimiento estudiantil y docente combativo.
Hoy, el sistema educativo es el lugar que muchos elegimos para dar la pelea. Pelea que damos como parte de los oprimidos y explotados por este sistema. Los mismos que aquel 19 de diciembre dijimos: ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

¡Frente a la educación que nos imponen desde arriba, desde abajo y en la lucha  construyamos en cada establecimiento organización y educación libertaria!

lunes, 14 de diciembre de 2009

¿Por qué impedir la Asamblea Universitaria?


Este Lunes 14 de Diciembre nos hemos dado cita en las puertas del Congreso a fin de impedir que sesione la antidemocrática Asamblea Universitaria, que tenía como fin votar al nuevo rector de la UBA. Como era de esperarse, los intereses de los que hoy manejan a su antojo la Universidad fueron defendidos por la Policía Federal y el Gobierno. Así, los estudiantes unidos en el repudio fuimos reprimidos con gases lacrimógenos, tanques hidrantes y balas de goma mientras adentro del recinto la Asamblea en unos pocos minutos reelegía a Hallú como rector y daba por finalizada la sesión.

Frente a las posiciones de otras agrupaciones también presentes que centran su análisis sobre la democratización en modificaciones porcentuales de la representación de los claustros, como así aquellas que critican el carácter puramente negativo de la acción de impedir y bloquear dicha Asamblea, creemos necesario clarificar nuestra posición.

No consideramos que la acción de impedir la elección de rectores, decanos, directores en si misma (aún si se lograse prolongar por varios meses) suponga un daño al funcionamiento burocrático de la Universidad, sino que vemos en ella una forma de expresar nuestro repudio a todo tipo de representación y delegación. Situación agravada en este caso por el hecho de sesionar en el Congreso de la Nación, con custodia y represión policial y en vacaciones, obviando los mecanismos que su propia institucionalidad burguesa establece. De hecho, no se le permitió la entrada a algunos de los consejeros estudiantiles (e incluso a dos de los decanos).

Esta acción por ello es inseparable de la construcción cotidiana desde las bases. Solo a través de la lucha en la militancia diaria, en asamblea, aboliendo los claustros, podremos avanzar en la democratización. Así construiremos la fuerza con la cual imponer en la práctica a estos burócratas nuestras reivindicaciones.

De hecho, una mayor representación estudiantil por ejemplo, sin movilización de masas, tampoco aportaría a la democratización real, esto es a la constitución de un movimiento universitario consciente y en pos de un cambio revolucionario, a lo sumo aportaría al aparato político que logre hacerse de dichas bancas. Mantiene la lógica de la delegación característica de la democracia burguesa y opuesta a la subjetividad que queremos constituir.

Un verdadero proceso de democratización debe involucrar la disolución de los claustros para la constitución de órganos asamblearios de decisión por facultad/Universidad que federen a todos los sectores que trabajan y estudian desde cada aula, oficina y laboratorio. El carácter radical de esta forma de organización que propugnamos imposibilita que esto suceda fuera del marco de un proceso revolucionario, ya que para que la Universidad no se trasforme en una isla progresiva pero autista, estos órganos de decisión deben estar en permanente diálogo con todas las nuevas organizaciones que se de la clase trabajadora para autogestionar la vida social.

No obstante lo cual, esto no significa quedarnos “de brazos cruzados” a esperar que otros comiencen el cambio, ésta es una instancia más donde dar la pelea por la democratización. Debemos acompañar los reclamos por la misma, aprovechando el proceso de lucha para propagandizar, pero sin dejar de lado otras instancias y espacios que nos permiten avanzar en este sentido. Esto es comenzar a practicar, en la medida de lo posible, nuestra noción de democratización de la Universidad a través de la autogestión.

Por ello, no solo debemos repudiar esta elección de Rector, sino también de cualquier rector, consejero, decano, director, “coordinación general”, etc. elegido mediante mecanismos delegativos, y promover la acción directa en pie de igualdad y con poder de acción real de todos los integrantes de la Universidad, para tratar desde la cursada de una materia hasta el aporte de la educación superior al cambio social revolucionario.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Acción Directa en Exactas

Estudiantes, graduados y docentes damos la lucha en contra de la LES y la CONEAU

Desde el Lunes 16/11 al Miércoles 18/11, estudiantes, docentes y graduados tuvimos una experiencia inédita en Exactas frente al autoritarismo y atropello de la burocracia oficialista. Ésta fue una medida de fuerza coordinada por la acción directa masiva de todos aquellos que queríamos frenar el avance mercantilista de la educación en la Facultad representado en la LES y la CONEAU.
En la sesión del Consejo Directivo del Lunes 16, por resolución de la Asamblea Interclaustros del Jueves 12 de noviembre, marchamos aproximadamente 100 compañeros exigiendo a Aliaga que frene toda acreditación en la Facultad hasta tanto se de una amplia difusión y debate al tema. La respuesta del oficialismo (aparte de calificar de "fantasmas" lo que estábamos denunciando) se sintetiza con una frase de Juan Pablo Paz, consejero directivo por el claustro de profesores, en la que sinceró que "nosotros manejamos la Facultad" (sic), negándose a dar la discusión sobre las acreditaciones (que apoyan abiertamente) y haciendo pie en la mayoría automática que tienen en el Consejo para cajonear el pedido.
Indignados tras la caradurez y la prepotencia expuesta, y luego de una Asamblea en las afueras del Consejo Directivo, decidimos dar por finalizada la sesión de éste. Acto seguido, llamamos a una nueva Asamblea a las 21 horas de ese mismo día para definir qué medida tomábamos. Pasando por cursos, y explicando el atropello que nuevamente sufrimos, logramos convocar a más de 200 compañeros a esta Asamblea, en la cual se decidió hacer una toma EFECTIVA del Decanato.

El oficialismo se pone histérico

El primer día de la toma se destacó por la organización que tuvimos, siempre pasando por cursos, abriendo el debate con estudiantes, y poniendo en boca de todos lo que el Decano nos negó. La toma en sí misma, y por ser una acción directa sin intermediarios, fue una medida de fuerza y de difusión, generadora de conciencia entre los estudiantes. Brillaba en ella la participación de muchos compañeros.
Asombrado por la medida, el oficialismo entró en un ataque de histeria el día Martes, llamando a una "Asamblea" por la mañana (en la cual el propio decano cerró la puerta en la cara a compañeros nuestros que iban a asistir). A las 15 horas, Aliaga y los suyos se congregaron en una manifestación en el Playón Central del Pabellón II, viniendo a provocarnos en persona. Luego de levantar varios cursos para que asistan a la misma, movilizar a la toda la casta docente (en conjunto con todo el séquito de lamebotas, trepadores, y demás) y a la burocracia no docente (la misma que golpeó estudiantes en el 2006), llamaron a traspasar nuestras barreras, con numerosos mails de los más exaltados y podridos profesores. Cabe mencionar que, junto a ellos, acudieron numerosos estudiantes y docentes presionados ya sea por sus profesores/jefes o bien debido a la desinformación reinante, ya que el oficialismo se desvivió por esconder las verdaderas razones de la toma.
Aliaga, mientras tanto, entraba como una rata a su oficina, rompiendo las puertas de emergencia que daban al área del sector administrativo ya que ni el ni su séquito pudieron con las barricadas que habíamos hecho en las puertas de los pasillos. Los estudiantes, lejos de amainar, redoblamos la apuesta y, en una Asamblea a las 18 horas de ese día Martes, reafirmamos la toma efectiva del área administrativa de la Facultad.
El oficialismo, henchido aún por la reconquista rastrera que efectuaron, no se esperaba que en la madrugada del Miércoles, en una acción coordinada por compañeros, retomásemos el ascensor del Decanato, por donde el decano y su séquito pensaban entrar y salir; volviendo así la Asamblea a tener control de todos los puntos de acceso, y haciendo nuevamente efectiva la toma, permitiéndoles siempre la salida. La vergüenza tuvo que ser admitida por el Decano, quien envió un mail aclarando que el área administrativa fue nuevamente tomada, aceptando así una nueva derrota política. Más aún, el día miércoles, en un intento de poner a padres y trabajadores del jardín en nuestra contra, ordenó levantar un acto programado para esa fecha. Sin embargo, fueron los mismos padres quienes luego, indignados, embistieron contra Aliaga.

La lucha no se termina

A pesar de que teníamos mucho a favor, como ser la cantidad de compañeros que se acercaron, el debate que pusimos en boca de todos, y la situación en la que pusimos al Decano, se decidió en Asamblea que la toma debía ser levantada. Creemos que fue un error el haberla levantado y hacemos la crítica a aquellas agrupaciones que desde un primer momento estuvieron en contra de la toma, sin proponer ninguna salida al respecto. Esto nos parece sumamente desmovilizante, y más cuando surge desde los mismos activistas, ya que se palpaba la indignación de los compañeros que se acercaron a las asambleas y las ganas de darle la pelea al autoritarismo del oficialismo.
Creemos que esta experiencia nos dejó importantes lecciones al movimiento estudiantil. En primer lugar, de cómo una acción directa no es contraria a la difusión y discusión (como constantemente se repitió desde ciertas agrupaciones), sino que muy por el contrario, también actúa en ese sentido generando conciencia entre más y más compañeros. Ejemplo de esto fueron las pasadas por cursos, donde se debatió muchísimo, ya que incluso los profesores aliados a la gestión tuvieron que salir a dar la cara al estar contra la espada y la pared. En la misma toma, entre compañeros el debate era la constante. Si la toma no hubiese existido, no hubiéramos logrado poner sobre la mesa el debate sobre las acreditaciones, que es lo que Aliaga quiso evitar por todos los medios. Continuando la medida hubiéramos quedado en aun mejor posición para ganar nuestras reivindicaciones, jaqueando a las autoridades que hoy manejan la facultad a su antojo. Debemos notar que, apenas levantada la toma, desde los departamentos de Computación y Geología se salió públicamente a defender las acreditaciones de sendas carreras.
En segundo lugar, nos dejó marcado el camino de cuál es el método organizativo que se debe dar el movimiento estudiantil en lucha: LA ASAMBLEA, como así también cual es la forma de generar conciencia y participación, LA ACCION DIRECTA. Una vez más, vimos que no se puede esperar nada de las instituciones que supuestamente nos representan, pero que no dudan en arrogarse el poder y decisión sobre todos los que queremos ejercer directamente nuestro derecho sobre el destino de la educación pública.
El método asambleario ha sido ejemplar en este proceso. Se llamaron aproximadamente 2 asambleas por día, en las cuales definíamos las medidas a seguir, organizando desde las consignas a levantar hasta la seguridad de la toma. Cabe remarcar la forma ordenada en que se desarrollaron estas asambleas, con la participación de numerosos compañeros proponiendo un hacer constante.
En tercer lugar, se demostró que efectivamente tenemos la fuerza para jaquear a las autoridades. Tenemos la fuerza y el compromiso, cosa que se vio cuando éramos 120 compañeros en los cordones defendiendo la toma, frente al séquito de burócratas de la contramarcha, que al poco tiempo de iniciada se desperdigó, carente de convicción alguna más que la de mantener su sillón bien afianzado. Aún frente a las patoteadas y provocaciones, nos mantuvimos serenos y firmes. En ese sentido, seguimos la línea iniciada el año pasado en la lucha en contra de la transferencia del Konabot, otro emblema de la mercantilización de la educación, que fue una victoria para el movimiento estudiantil.
Compañeros, que esta experiencia sea el norte que oriente la construcción de un movimiento estudiantil en lucha, bajo la bandera de la Acción Directa Asamblearia que nos demostró el poder de movilización que poseemos. Si bien éramos muchos durante la toma y las asambleas, tenemos que ser muchos más. Por eso esto no termina todavía. No solo tenemos que exigir a las autoridades el espacio para debatir entre estudiantes y docentes las acreditaciones, sino decidir en conjunto medidas que hagan efectivo nuestro rechazo frente a este avance sobre la educación pública. Nosotros creemos firmemente en que el único camino para detener las acreditaciones es la movilización de estudiantes, docentes y graduados. El debate nos permite sumar más compañeros a la lucha, pero es la acción directa la herramienta más valiosa con la que contamos para oponernos al autoritarismo, como ya fue demostrado durante la semana de la toma.

¡A no aflojar! ¡No bajemos los brazos! ¡Siempre en la lucha!

sábado, 7 de noviembre de 2009

Nuevo cuadernillo: La experiencia del Taller Total 1970-1976 (o cómo organizar una facultad asamblearia y sin jerarquías)




El Movimiento Anarquista de Córdoba y la experiencia del Taller Total en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba, 1970 - 1976.
El Taller Total significó la autoorganización de mil estudiantes, docentes y no docentes, así como la resolución asamblearia de todas las diferentes cuestiones que atañen a la vida de la facultad, incluidas las cuestiones sindicales. Superando el mero cuestionamiento, crítica o problematización de lo existente por propuestas concretas de cómo generar otros egresados y producir conocimiento para la resolución de las necesidades sociales de las cuales formaban parte, así como llevando a cabo dichas propuestas.


viernes, 6 de noviembre de 2009

Difundimos - Política Educativa en la Ciudad de Buenos Aires

Desde la Tendencia Anarquista en Educación difundimos los siguientes artículos:



Carta abierta al Ministro de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Sr. Ministro Mariano Narodowski:

He visto por la calle los carteles que invitan a estudiar en un profesorado, aquellos que dicen: “Aprender a enseñar tu mejor decisión. Inscripción a profesorados”. Y debo reconocer que me causaron sorpresa, ya que siempre sostuve que los Ministros de Educación (no sólo usted) desconocían la realidad de las escuelas y colegios. Pues bien, es una buena observación la hecha por usted (o por algún otro funcionario o por algún espía con contrato del Ministerio de Educación): faltan docentes para nuestros alumnos.

De todas maneras, lamento informarle que los carteles no harán acrecentar la cantidad de inscriptos en los profesorados (siento mucho si usted pensaba lo contrario pero es mi deber informárselo, en especial, porque soy uno de los tantos que financió involuntariamente los carteles que usted mandó a imprimir).

Sin embargo, creo que hay otras medidas que sí pueden hacer que los alumnos se inscriban en los profesorados y que por ahí los publicistas del Gobierno desconocen. Le menciono sólo algunas ideas:

- Podría pensar en aumentar el sueldo de los docentes. Imagínese usted cuánto aumentaría la cantidad de personas que se anotarían para estudiar si supieran que cuando terminen su carrera su sueldo les alcanzará para vivir dignamente.

- ¿Y si construyeran escuelas y jardines para que los niños puedan estudiar y los docentes enseñar en aulas con hasta 20 alumnos? Eso generaría que los docentes podamos atender de manera más adecuada a las problemáticas de los chicos. También sería un buen incentivo que funcionaran gabinetes con profesionales (asistentes sociales, psicopedagogos, psicólogos) para poder ayudar a trabajar, si no todos, algunos de los conflictos de los alumnos. De paso, los docentes estaríamos un poco menos desbordados.

- Ya que su intención es que más alumnos estudien en los profesorados, podría derogar el decreto 1990 que hace que algunos cursos se cierren.

- Sería bueno también mejorar las condiciones edilicias: a pesar de los anuncios para las cámaras de televisión, continúan los problemas de este tipo en muchas escuelas, con los obvios problemas que genera para docentes y alumnos.

- Una buena medida sería que frente a diversas situaciones (como cambios en los planes de estudio, leyes de educación, diseños curriculares, etc.), los docentes pudiéramos participar y tomar decisiones. Eso haría que quienes quieran ser docentes se sientan motivados sabiendo que sus palabras e ideas serán tenidas en cuenta.

- No sé qué tan seguido habla con el Ingeniero Macri, pero imagino que lo hace seguido. Si es así, ¿le podría decir que los agravios, como llamarnos “vagos”, no ayudan a que la gente quiera ser docente?

- Un problema muy serio es el tiempo que tardamos en cobrar: imagínese que tardan 6, 7 u 8 meses en pagarle su salario (no un “premio” de 5 cifras, sino un pobre sueldo docente). ¿Cómo hace para vivir? ¿No cree que eso genera que muchos docentes, a sabiendas de que eso ocurre, busquen otro trabajo en el cual no sólo le pagan más sino que lo hacen en término?

- Si busca convencer a las personas -en especial a los jóvenes- de acercarse a la docencia, podría terminar con el régimen de contratación y asegurar para todos los docentes los derechos y obligaciones que figuran en nuestro Estatuto.

- Muchas veces la situación económica impide el hecho de estudiar en un profesorado ya que las cursadas, pero sobretodo las prácticas, son a contraturno. Esto impide que se pueda estudiar y trabajar. Si su deseo es que muchas personas estudien en los profesorados, podría entregar becas para que los que deseen estudiar puedan hacerlo.

Como notó, la lista es extensa y podría seguir, pero creo que con resolver estos puntos se avanzaría bastante en la estimulación de la profesión docente.

Usted me dirá que no le alcanza la plata y puede tener razón. Pero también es cierto que podría, dado que la falta de docentes genera que haya alumnos sin clases y dado que ese no es el único de los problemas de la educación, esgrimir buenos argumentos para pedirle a la Legislatura que apruebe un aumento en el presupuesto de Educación de la Ciudad.

Por último, y sólo para tranquilizarlo, piense que este trabajo hermoso que es la docencia va a ser, a pesar de todos los problemas, elegido por muchas personas que, pese a todo, ingresarán a los profesorados. Y es elegido por muchos día a día para ejercerlo de manera conciente y responsable, a pesar de las políticas educativas que se llevan a cabo. Y es que al ver a un alumno escribir o preguntar o debatir o abrazarnos nos damos cuenta de lo maravilloso de este trabajo. Y eso, por suerte, no entra en ningún cartel.


Atte.,

S. D.

Maestro de primaria en la Escuela 6 DE 8

Maestro de ciclo (Adultos) en la Escuela 19 DE 19



Carta abierta de la Escuela Nº 20 D.E 14 “República de Honduras”

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 26 de octubre de 2009

Es de público conocimiento que las políticas económicas y educativas de las últimas décadas han tendido a debilitar y destruir el carácter público e igualitario de nuestra educación, y a las redes sociales que a través de ella se forjaban. Pero la última gestión que gobierna la Ciudad de Bs. As., encabezada por el Ing. Mauricio Macri y el Prof. Mariano Narodowski, se ha caracterizado por desmantelar abierta y cínicamente el ámbito social, cultural y educativo de la Ciudad.

La desinformación propagandística del Gobierno de la Ciudad difundida por los medios de comunicación masiva, construye una opinión pública adversa a la realidad de las escuelas ya que la mayoría de la gente desconoce que las carencias de la escuela van más allá del conflicto salarial docente.

Ustedes al ser parte de este gran Nosotros que es la Escuela Pública, están en conocimiento de algunos causantes que hacen inadmisible el trabajo cotidiano en nuestras instituciones, sin embargo la vergonzosa situación de nuestra querida Escuela “República de Honduras” exige que alcemos la palabra y nos manifestemos públicamente:

- En el mes de marzo una fuerte lluvia nos permitió ver que en el aula de sexto grado se producían filtraciones desde la terraza. Los docentes y alumnos que allí trabajaban pasaron a ocupar el espacio destinado a Informática. Desde ese entonces el aula de sexto está clausurada

- La lluvia del sábado 19 de setiembre, dejó en evidencia la insostenible situación edilicia de nuestra escuela. El agua comenzó a filtrar por los techos de la sala de informática. La misma quedó clausurada por lo que sexto grado se mudó definitivamente a la biblioteca.

A partir de ese momento todos los alumnos se han quedado sin los espacios de computación y biblioteca.

- El comedor escolar y el aula de cuarto grado también poseen grietas en el techo por donde se filtra el agua. Aún no fueron clausurados…

- Desde abril del 2008 se encuentra inhabilitado el servicio de gas. La calefacción pasó a depender exclusivamente de la energía solar. Es el segundo invierno que hemos pasado a la deriva de las temperaturas invernales.

- La instalación eléctrica está sobrecargada y no soporta mayor tensión, lo cual genera cortes y bajas de tensión en algunos sectores del edificio, imposibilitando a la vez calefaccionar eléctricamente.

- Desde comienzos del año 2008 nuestra escuela no cuenta con casera, por no estar en condiciones de ser habitado el espacio destinado a este servicio. Tampoco contamos con personal de seguridad que pueda cumplir esta función.

Defendemos la Escuela Pública y ratificamos nuestra posición a través de esta carta, de la misma manera no podemos dejar de preguntarnos:

¿Qué pasa con el subsidio por mantenimiento que reciben las Asociaciones Cooperadores? ¿Por qué la nuestra no lo recibe hace dos años?

¿Por qué el gobierno de la Ciudad aumenta año tras año los subsidios a las escuelas privadas? ¿Los intereses de quién defienden?

¿Será igual el tipo de educación que reciben todos los chicos en la Ciudad? ¿Qué funcionario del Estado elige las Escuelas Públicas para educar a sus hijos?

¿Es digno el estado de los edificios escolares? ¿Cambiarían estos dos años de trabajo en sus oficinas del ministerio o la jefatura de gobierno, por las aulas de nuestra escuela?

Cuando el ministro de educación de la Ciudad habla de “calidad educativa”, ¿a qué tipo de escuelas se refiere? ¿Escuelas sin gas, con aulas clausuradas? ¿Sin sala de informática, sin biblioteca?

Cuando el ministro de educación de la Ciudad habla de “oferta educativa”, ¿estará considerando a la educación como una mercancía?

Vemos en esta situación actual el deterioro del derecho inalienable a la educación que tienen nuestros niños. Exigimos que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cumpla su rol indelegable de garantizar las condiciones educativas de todos nuestros alumnos sin distinción exclusiva.

A través de estas palabras los convocamos a buscar juntos caminos para defender nuestra Escuela Pública.


Comunidad educativa de la Escuela 20 DE 14

lunes, 26 de octubre de 2009

Toma del Buenos Aires: Haciendo un balance...


Una semana luego de que acabara la toma nos volvemos a encontrar para ir a clases. Pero no podemos olvidar todo el proceso de lucha que se dio unos días atrás y que culminó con la toma del colegio. Debemos reflexionar sobre qué hicimos, por qué lo hicimos y qué debemos hacer ahora.

En primer lugar consideramos más que justo el reclamo por el cual se adoptó esa medida de fuerza. Las autoridades quisieron avanzar sobre el movimiento estudiantil al no autorizar a movilizarnos en la marcha por La Noche de los Lápices. Aún así el turno vespertino decidió salir a la calle en defensa de sus derechos y en conmemoración de los compañeros desaparecidos aquel 16 de septiembre. Pero al regresar nos encontramos con faltas y sanciones para aquellos/as que habían asistido a la marcha. Ante esta situación no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Es por esto que se intentó en vano solucionar el conflicto de los sancionados en las instancias institucionales y supuestamente democráticas del colegio (Consejos Resolutivo y de Convivencia), pero se demostró en varias ocasiones que estos órganos son funcionales a las autoridades y solo sirven para legitimar sus decisiones. Por eso nuestros reclamos tenemos que arrancarlos los estudiantes organizados y en pie de lucha. Fue entonces cuando los estudiantes nos unimos para defender nuestro derecho a movilizarnos, repudiando las posturas autoritarias de la rectora y su séquito. De esta manera, reunidos en una asamblea en el turno noche decidimos tomar el establecimiento.




Si bien rescatamos que las decisiones en su mayoría se tomaron en la asamblea, a la cual se convocaba a la mayor cantidad de estudiantes posible, había dos falencias fundamentales. Por un lado, que en la asamblea se distinguía claramente entre los que dirigían y proponían y los que votaban; y, por otra parte, la creación de pequeños espacios de poder paralelos. Vemos que las asambleas fueron utilizadas por algunas de las agrupaciones para bajar línea y propuestas sin un previo debate que le permita al estudiantado reflexionar sobre qué decisión tomar. Dado que no es posible discutir ampliamente en las asambleas por la gran cantidad de personas que participan en ellas, es necesario crear espacios de debate donde los estudiantes puedan expresar sus inquietudes. Las personas que son de una agrupación pueden reunirse con sus compañeros y discutir en conjunto, pero aquellos que no pertenecen a ninguna rara vez tienen un lugar donde debatir con otros. De esta manera, se genera una separación entre los que 'piensan' (los que son parte de las agrupaciones y tienen la contención de las mismas) y los que 'hacen' (aquellos que no están agrupados). Para evitar esto y fomentar la discusión (también para discutir con personas que piensan radicalmente distinto, cosa que no es posible dentro de una agrupación) pueden organizarse periódicamente comisiones de debate o reuniones por curso, de manera que todos/as tengan la posibilidad de opinar y pensar colectivamente sobre lo que está pasando. Si bien se intentó generar un espacio de estas características, el mismo terminó por desvirtuarse. Nos referimos a las jornadas que se realizaron el lunes 5. Su idea original era que de las comisiones salieran propuestas que se votaran en asamblea, después de haberlas discutido durante toda la tarde. Sin embargo, se convirtieron en lugares donde cada facción trataba de que salieran exactamente, palabra por palabra, las posiciones previamente discutidas a su interna. Así, la asamblea posterior terminó siendo igual a las demás, perdiendo el tiempo en peleas sin sentido sin poder discutir realmente las propuestas surgidas de las bases.
Por otro lado, queremos subrayar algo en relación a como se determinaba el camino a seguir en la lucha, ya que mientras se tomaban decisiones en asamblea, también se generaban ciertos espacios paralelos de poder donde, de hecho, se terminaban tomando muchas decisiones ejecutivas, por más que luego se las refrendara en asamblea. Ejemplos de esto son las reuniones interagrupaciones, de las cuales salían propuestas conjuntas que eran votadas directamente sin la más mínima posibilidad de que todos tuvieran el mismo nivel de debate que llevó a formularlas. También las reuniones de coordinadores para la jornada, donde se proponía una función completamente verticalista de los mismos, que a fin de cuentas terminaron decidiendo qué se iba a pasar a la asamblea y cómo.
También algo que en todas las tomas ocurre pero nunca se lo señala, pero que hace a la división entre dirigencia y dirigidos, es el tema del manejo de la prensa. Se votó que sólo la mesa directiva pudiera hablar con los medios. La verdad es que no son los únicos con la capacidad para hacerlo, ni poseen cualidades especiales que los diferencien del resto. Por lo tanto, si queremos un centro más abierto y democrático, debemos empezar a manejarnos más horizontalmente y elegir delegados rotativos, revocables en cualquier momento y con mandato expreso de las bases, para evitar que la mesa directiva pueda estar en una posición de privilegio.
Por último, es repudiable la actitud de algunas agrupaciones de aparatear los espacios de base para que su postura triunfe sobre el resto. En vez de preocuparse por hacer funcionar los espacios horizontales y democráticos que tenemos para decidir, buscan coparlos, intentando dividir al movimiento estudiantil para erigirse ellos como vanguardia conductora. Por esto, buscan y extreman internas entre las agrupaciones con el objetivo de desprestigiarse mutuamente, que sólo contribuyen a desmovilizar a los/as estudiantes. Estas peleas interagrupacionales han llevado a perder tiempo y fuerzas, ya que, agotados de estar cuatro horas en una asamblea escuchándolas, los compañeros se iban antes de la votación. Y además de la pérdida de tiempo, se generó un clima de desgaste general que resulta contraproducente. Es en parte por este desgaste que no sacamos la lucha a la calle con todas nuestras fuerzas. Si bien se realizaron tres marchas (lo cual es muy bueno), poca gente concurrió a las mismas y se pudieron haber llevado a cabo más actividades (cortes de calle, clases públicas, marchas más numerosas, etc.).

¿Y cómo seguimos ahora?

El lugar en que nos encontramos no es nada fácil. Tomando un poco de distancia de lo ocurrido, tenemos que entender que la toma fue una derrota en cuanto a reivindicaciones. No obtuvimos los reclamos que habíamos planteado en un principio y volvemos al punto de partida, con los consejos a merced de GG que ya nos fallaron en repetidas oportunidades. Ahora, el objetivo debe sobrepasar el plano reivindicativo de los injustos castigos por marchar, para denunciar las prácticas autoritarias de nuestra rectora y su pésimo desempeño ante la situación (postura con la que incluso muchos/as de los/as que estuvieron en contra de la toma coinciden).
De todas formas no nos parece que toda esta situación haya sido en vano, ya que podemos aprender de ella para futuros conflictos. La lucha nos tiene que servir como acumulación de experiencia, para no cometer los mismos errores en el futuro. En este sentido, sólo nosotros, los estudiantes, podemos hacer que esta toma no sea enteramente una derrota. Tenemos que saber ganar tanto en organización como en aprendizaje. A partir de esta experiencia quedó clara la necesidad de un movimiento estudiantil fuerte y organizado desde las bases para defendernos ante el  avance represivo de las autoridades. Las instituciones supuestamente democráticas del colegio son completamente opuestas a los intereses de los estudiantes. Sólo sirven para reafirmar las decisiones de las autoridades y atarnos de pies y manos a ellas. También demostramos una vez más la falta de predisposición al diálogo de González Gass.

Ante esto es claro que la mejor opción para nosotros es la lucha y la acción directa para alcanzar lo que queremos. Se ve el por qué de seguir construyendo en el día a día con militancia de base, acercando cada vez más compañeros a la lucha para construir un movimiento estudiantil combativo que pueda hacerle frente a quienquiera pasarnos por encima.

domingo, 18 de octubre de 2009

Ciclo Básico Común: Una historia que se repite...

Mucho se habla de la exigencia del CBC, de que es un “filtro” de estudiantes y que dura 2 años en vez del año en que está estipulado. Que sirve para nivelar los distintos conocimientos que traen los estudiantes, cuando en realidad genera prácticas excluyentes que aportan a acentuar esas diferencias.

Pero esto no es una condición exclusiva del Ciclo Básico Común, sino que comparte los mismos problemas con el resto de la educación universitaria y hasta con la educación media. Se justifica en la exigencia para con los estudiantes como condición necesaria para la supuesta “calidad” de la educación, calidad que se nos presenta como neutral, pero que es siempre funcional a las necesidades del mercado laboral y la explotación. De esta manera no se consideran muchas cuestiones, como que los estudiantes laburamos para mantener a nuestras familias o para aportar en nuestras casas, o que quizás venimos de una educación media con muchas falencias, profundizando una Universidad sólo para unos pocos, excluyente y elitista.

Pero entonces, ¿cuál es el verdadero objetivo del/de la docente, que el estudiante aprenda o librar la cursada a una selección natural dónde solamente sobreviva el que mejor se adapta, el que no trabaja, el que no tiene dificultades en su casa para seguir el día a día del estudio, el que puede pagar todos los apuntes, el que no tiene que tomar un tren y dos bondis para venir a cursar?

Sin embargo, podríamos decir que en el CBC es dónde más se nota esta “exigencia”, porque recién estamos empezando la carrera. Entonces vemos a algunos docentes que hacen oídos sordos a las problemáticas que tienen los estudiantes. No se da lugar para discutir y decidir entre todos las fechas de evaluación así como tampoco las modalidades para “evaluarnos”, alegando que nos están preparando para que, cuando tengamos que afrontar responsabilidades en nuestras vidas profesionales, ya hayamos ejercitado el trabajar bajo presión y con obligaciones que nos exceden. ¿Es ésta la “educación crítica” que se imparte en la Universidad? ¿Se nos enseña a aceptar en nuestro sentido común que está bien que seamos explotados y presionados para que, por ejemplo, tengamos que hacer un trabajo que deberían hacer 2 personas? ¿Acaso tenemos que aceptar este tipo de cosas sin chistar?

Basta nombrar el ejemplo resonante en los medios burgueses de los ya 23 suicidios en la empresa Telecom en Francia para ver hasta que punto dejamos nuestras vidas en la fábrica/oficina (http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=29635). ¿Desde cuando tenemos que aceptar que es normal poner el trabajo (a cambio de míseros salarios) por delante de nuestra salud, vida, dignidad?

Vale mencionar que aquellos docentes que nos imparten, desde su “investidura de autoridad”, su conocimiento y nos inculcan la cultura de la explotación, son también trabajadores explotados por el Estado. Muchos laburan ad-honorem o con sueldos por debajo de la canasta básica y, sin embargo, no se solidarizan con los estudiantes que también laburan o que vienen a la facultad con un gran esfuerzo del bolsillo de sus familias.

Es por esto que ante estas actitudes y problemáticas que se plantean en las aulas, debemos dar la discusión de qué educación queremos y para qué la queremos, construyéndola desde abajo (y no desde arriba, vale decir). Discutiendo entre quienes somos los principales afectados por la exclusión que genera la Universidad (con sus actuales prácticas que intentan reproducir el orden vigente) y decidiendo sobre las cuestiones que nos involucran directamente, sin intermediarios, desde cada aula, cada pasillo, desde abajo y en la lucha.

lunes, 5 de octubre de 2009

Toma en el Colegio Nacional Buenos Aires

¡ARRIBA LOS QUE LUCHAN!
¡BASTA DE CASTIGOS!


En las últimas semanas se evidenciaron las prácticas autoritarias de nuestra rectora para con el resto de la comunidad educativa. En primer lugar, no autorizó que nos movilicemos en una fecha tan importante para el movimiento estudiantil secundario, como es el aniversario de la Noche de los Lápices, donde levantamos las banderas de los derechos humanos y de la educación pública. Alguien que dice defender estos ideales no puede bajo ningún concepto castigar a los estudiantes por participar de una movilización de este carácter.
Como era de prever, los espacios institucionales encargados (supuestamente) de resolver ‘democráticamente’ estos conflictos sirvieron como legitimación de las decisiones de González Gass. Esto nos demuestra una vez mas que el camino para conseguir nuestras reivindicaciones no está en los espacios institucionales que nos cede la autoridad. Somos los estudiantes organizados y en pie de lucha los que debemos arrancarles nuestros reclamos mediante la presión y la acción directa. Por ello, reunidos en una asamblea es que decidimos el único camino posible ante la intransigencia de la rectora, luego de haber agotado todas las instancias de diálogo burguesas.
Vale remarcar entonces que la toma, como medida de lucha, no es extremista, sino que es una importante herramienta con la que contamos los estudiantes organizados desde abajo. Debemos tener en cuenta que es la forma más fuerte de reclamar y conseguir reivindicaciones que pueden no ser aceptadas por las autoridades por ser contrapuestas a sus intereses. Si empezamos a dudar de ella, nuestro movimiento no tiene futuro en cuanto a conquistas de peso, como la democratización, el aumento de presupuesto u otras cuestiones sociales. Con la toma, mostramos la capacidad que tenemos los estudiantes si nos organizamos. González Gass, acorralada, se ve obligada a amenazar a docentes y estudiantes y a mentirle a nuestros padres a través de los medios de comunicación, para desprestigiarnos e intentar derrotarnos.
Sin embargo, para que la toma funcione es necesario un compromiso y una conciencia de lucha por parte de cada uno de nosotros/as. De lo contrario, sólo una pequeña porción del estudiantado termina (aunque con buenas intenciones, claro está) poniendo el lomo en la mayor parte de la lucha, en la cual defendemos los derechos que afectan al conjunto. De esta forma se corre el peligro de que la toma quede manejada y sostenida por un pequeño grupo y no por todos los involucrados en el conflicto.
Por último debemos pensar como influye e influirá esta experiencia de lucha en nuestro movimiento. Tenemos que aprovechar esta coyuntura para acumular experiencia sobre organización y así evitar repetir los mismos errores. Es importante que luego de esta toma la lucha continúe y no termine siendo un mero hecho anecdótico, sino que debe servirnos para construir a futuro un movimiento estudiantil más fuerte, combativo y organizado desde las bases.
De esta forma, contaremos con una organización de los estudiantes lo suficientemente fuerte como para pelear por nuestras reivindicaciones y nuestros derechos.
¡Que las autoridades lo piensen dos veces antes de querer pasarnos por encima!

¡ORGANIZACIÓN Y LUCHA DESDE ABAJO!
¡NINGUNA FALTA NI SANCIÓN POR SALIR A LUCHAR!
HAGAMOS VALER NUESTRA FUERZA Y
ESCUCHAR NUESTRA VOZ
MEDIANTE LA ACCIÓN DIRECTA

lunes, 28 de septiembre de 2009

¡SIGAMOS LUCHANDO POR NUESTRAS REIVINDICACIONES!

Comenzamos a transitar la recta final del año. Las luchas que hemos encarado los estudiantes universitarios en estos meses, aunque como toda lucha aportaron a la construcción y a la experiencia, han sido aisladas y esporádicas, sin una gran participación del grueso de los compañeros. Es por ello que muchas cosas no han cambiado esencialmente y que nuestras reivindicaciones continúan hoy más vigentes que nunca. De allí que debemos perseverar en la construcción del movimiento estudiantil en lucha.

Más presupuesto no sólo para que cierren las cuentas

Como primer análisis, vemos que el presupuesto universitario sigue estancado en donde lo dejaron y desde el año pasado no se aumentó más que un 9% (sin contar los 87 millones de pesos que el Consejo Interuniversitario Nacional aceptó como fondos provenientes de la explotación de La Alumbrera Ltda.). Es probable que para finalizar el año se necesite nuevamente una partida presupuestaria de emergencia como la que se recibió a fines del 2008[1]. Y este presupuesto que tenemos que exigir no sólo tendría que utilizarse en el acondicionamiento de los edificios (cuyo deterioro ya se hace insostenible en algunas facultades) y en mejores y más materiales de estudio (bibliotecas, insumos para los laboratorios y talleres, etc.), sino también para garantizar una verdadera educación pública y gratuita. Los apuntes baratos (o mejor aun, gratuitos), el boleto estudiantil, los comedores universitarios son reivindicaciones que debemos impulsar para avanzar en este sentido. Son indispensables para permitir el acceso de quienes hoy se encuentran marginados de las facultades y mejorar las condiciones de aquellos que permanecemos en la Universidad con un esfuerzo en el bolsillo, impulsando además horarios y cursadas accesibles para los que laburamos.
En tanto el Estado es enemigo central de los trabajadores, es fundamental organizarnos para arrancarle una parte de todo lo que nos roba, es decir, un aumento en el presupuesto. La lucha debe traducirse en un mayor acceso y permanencia de estudiantes de la clase trabajadora en la Universidad. En los hechos se ve que brindar educación gratuita en todos los niveles para todos y todas no es una política de ningún Estado. Por el contrario, su accionar, acorde a los intereses de la clase dominante, tiende a reforzar las desigualdades de clase en materia educativa. Por eso la educación gratuita no es algo que le pedimos al Estado sino que le arrancamos con la lucha.
Por otra parte, a la vez que pedimos el financiamiento estatal de la educación también debemos ir por que los centros de estudiantes no sean quienes parchen las fisuras presupuestarias del Estado con la administración de las fotocopiadoras, kioscos y/o bares estudiantiles. Un centro de estudiantes no debe ocuparse de mantener una estructura de servicios, sino que debe convertirse en la herramienta de lucha para combatir las políticas del Estado y el Capital, siempre contrarias a nuestros intereses. Debemos comenzar a construir un centro asambleario, de lucha y no de servicios, donde la participación no sea sólo un bonito slogan, con comisiones verdaderamente abiertas que puedan, no sólo debatir, sino decidir y ejecutar acciones concretas en todos los planos.
Pero de todas formas, por más presupuesto que consigamos tampoco podemos dejar que los que manejan los hilos del poder en la Universidad lo controlen a su antojo, asignando discrecionalmente la guita y acomodándose lo mejor que puedan en los gobiernos de las facultades y de la UBA. Debemos pelear por nuestra decisión sobre ese presupuesto, la de los estudiantes y trabajadores de la Universidad, coordinando las luchas de todos los sectores y llevándolas adelante por los que día a día sostenemos la educación pública y gratuita.

No nos queda otra que la organización

Los estudiantes en la lucha debemos darnos nuestras propias formas organizativas, ampliando la participación con base en la democracia directa y no en la delegación, con línea política definida en asambleas como máxima instancia de decisión. Así construiremos un centro de estudiantes asambleario y combativo, donde todos los compañeros puedan acercarse a participar y accionar políticamente sin intermediarios. Tenemos que acercar más compañeros a la lucha, para que la misma crezca, así como deben crecer las instancias de participación y decisión de los estudiantes como las asambleas y comisiones. El camino comienza discutiendo en cada curso y en cada aula para ir avanzando en nuestras reivindicaciones.
Hacemos la crítica a la propuesta de abrir el centro cuando se continúa participando en el sistema de delegación. De esta manera, el poder de decisión lo continúan teniendo las pocas agrupaciones que ganan en las elecciones la comisión directiva de los centros de estudiantes, con el agravante de tener que compartir estas instancias con estudiantes burgueses que representan intereses claramente opuestos a la lucha. El centro de estudiantes debe definir sus políticas y reivindicaciones en la asamblea de estudiantes, sin que éstas deban ser legitimadas en instancias en las que estudiantes que no estén a favor de la lucha deciden sobre estas políticas.
Nuestro objetivo tiene que ser el de construir una forma de organización que permita la creación de un movimiento estudiantil fuerte, inmerso en la lucha e identificado con los explotados y oprimidos. Proponemos que la organización de los estudiantes funcione a través de asambleas periódicas resolutivas, sabemos que en esta época es difícil hacer funcionar un espacio de estas características. Pero la única manera de revertir esto, no es profundizar la actual organización del centro, sino acercar cada vez más estudiantes al debate, discutiendo en los cursos y con nuestros compañeros. Creemos que se camina en sentido contrario cuando se profundiza la falencia de espacios de discusión y decisión por la falta de coordinación y solidaridad entre los distintos agrupamientos. De igual manera es contraproducente la forma en que se paraliza la lucha cuando llega la época de elecciones para centros de estudiantes e instancias de cogobierno. Por ejemplo, la mayoría de las organizaciones estudiantiles priorizaron realizar sus campañas electorales en las distintas facultades en lugar de las movilizaciones por La Noche de los Lápices (16/09/2009) y Julio López (18/09/2009), de las cuales no participaron.
La asamblea es la herramienta fundamental que debemos impulsar ya que a la vez que permite ampliar el reclamo a través de la participación de todos los estudiantes en lucha, también es la instancia donde se discuten y resuelven los planes de lucha que serán llevados a cabo por los mismos estudiantes involucrados, comprometidos en la pelea por más presupuesto, por educación gratuita, por el rechazo a la LES y la CONEAU, etc. Las comisiones complementan el crecimiento cualitativo de las discusiones permitiendo espacios de debate y decisión sobre temas particulares, mandatadas por la asamblea y cuyo trabajo debe emanar y volver a la misma. En estos espacios de participación política que permiten no sólo debatir, sino decidir y resolver lo que vamos a llevar adelante, se pone en práctica la acción directa y concreta de todos y todas para pelear y conseguir lo que queremos.
En estos momentos de reflujo y poca participación del movimiento estudiantil no debemos desanimarnos, debemos seguir en el camino de construir organización y avanzar en nuestros reclamos; apostando por el crecimiento de asambleas y comisiones que, en lugar de plebiscitar consignas elaboradas entre unos pocos, funcionen como espacios de acumulación política, donde además podamos discutir cuál es la forma organizativa que debemos darnos los estudiantes. Creemos que es la única manera de que los estudiantes y trabajadores logremos arrancarle a los de arriba todo por lo que estamos luchando.




¡Por una organización estudiantil asamblearia y de lucha!
¡Construyamos un movimiento estudiantil combativo!
¡Arranquémosle al Estado más presupuesto para otra educación!
Que la Universidad no le cierre las puertas a los trabajadores

domingo, 20 de septiembre de 2009

En secundarios: ¡A ORGANIZARNOS!




¿Qué movimiento estudiantil secundario queremos?

Esa es la pregunta que hay que plantearse para continuar llevando adelante su construcción y las diferentes luchas. Los centros de estudiantes no deben ser sólo un organismo para llevar adelante reivindicaciones parciales de cada espacio de base (si bien es necesaria esa función). Tienen que ser un elemento más de coordinación entre los miembros de la clase trabajadora para enfrentarse al Estado y el Capital. Tienen que ser la herramienta para que los estudiantes, con una conciencia de clase favorable a los oprimidos y explotados, intervengan en la lucha de clases trabajando codo a codo con todo el pueblo para alcanzar la revolución social.

En el movimiento estudiantil secundario actual, siempre se habla de la necesidad de la unión, la concientización y la participación de las bases. Pero la propia estructura que tiene el mismo impide que estos objetivos se cumplan concretamente. Porque utiliza para organizarse estructuras tomadas de la democracia burguesa, que van en contra de objetivos como son la lucha, la concientización, el cambio social, etc. ¿acaso la burguesía tiene esos objetivos? Es decir, se habla de generar centros de estudiantes abiertos y participativos, pero mientras tanto se siguen rigiendo por la lógica de la delegación del poder de decisión. Todos los años se elige una conducción proveniente de una pequeña porción del estudiantado integrante de alguna de las agrupaciones. Una vez terminado el período de elecciones, el grueso de los estudiantes se desliga de la lucha y de sus responsabilidades en la misma. Se deja en manos de ‘los del centro’ el poder de decidir para qué, cómo y por qué se dará una lucha. De esta forma, es muy difícil generar un verdadero interés y una conciencia de lucha suficientes como para fortalecer nuestro movimiento. Sólo una organización horizontal, asamblearia y basada en la democracia directa puede alcanzar ese objetivo y formar un movimiento fuerte, revolucionario y de izquierda.

Como método de autoorganización igualitario de las bases, proponemos la asamblea general como máximo órgano de toma de decisiones y lineamiento político. Cada persona comprometida con la lucha tiene en sus manos la capacidad de decidir lo que cree mejor para su espacio. Sabemos que es un tipo organizativo que requiere un gran esfuerzo de parte de sus integrantes para hacerlo funcionar. Pero también sabemos que es posible, siempre y cuando nos comprometamos a hacerlo funcionar. Este método organizativo no es nuevo, la asamblea ha sido y será siempre la herramienta organizativa de todos los trabajadores, de los de abajo, es una herramienta propia y fue utilizada históricamente, es la democracia directa, la democracia de los que luchan, la democracia de los revolucionarios, es por esto que no debemos utilizar herramientas propias de la burguesía, como lo son las elecciones.

Tenemos que empezar a darnos cuenta que a nuestro movimiento sólo nosotros podemos armarlo y fortalecerlo, no podemos esperar a que un grupo reducido o un grupo de iluminados lo haga en nuestro lugar. Actualmente, las asambleas son utilizadas como un espacio al que se llevan propuestas y planes de lucha armados por las agrupaciones para refrendarlos entre el resto de los estudiantes, y no para que los estudiantes aprendamos a desarrollar una línea política de conjunto. En todo caso, estas agrupaciones deberían tener como objetivo dinamizar las asambleas, aportarles contenido político, para que todos y todas podamos desarrollar una línea política para la lucha. Como esto no se hace, es imposible generar conciencia y sentido de responsabilidad individual y colectiva en cada uno de nosotros. Es cierto que en una asamblea es complicado el debate entre todas las posiciones que se presenten, por el hecho de que si no sería interminable. Por eso, es necesario acercar el debate a los estudiantes, profundizar espacios de discusión de los que puedan salir propuestas y planteos concientes. También es verdad que, en presencia de una coyuntura especial, aumenta la cantidad de asambleas (dato en el cual los representantes estudiantiles se escudan para presentarse como abiertos y democratizadores). Pero eso sólo refuerza la idea de que sirva nada más como un espacio para elegir sobre la marcha qué planteo es el que va a bajar desde las agrupaciones. No existe un verdadero espacio para participar con una línea política diferente. Y crear esos espacios es nuestra tarea para esta etapa.

 

 
 
¿Qué objetivos tenemos hoy en día como movimiento?

Fundamentalmente nos enfrentamos a un Estado que día a día avanza en la privatización de la escuela pública. El presupuesto que destina a los emprendimientos educativos privados es cada vez mayor. Fijémonos si no en la cantidad de chicos que concurren hoy a esos colegios. Mientras tanto, los edificios se caen a pedazos, muchos compañeros no pueden recibir sus becas, las cosas necesarias para estudiar y para poder vivir son cada vez más caras y aumenta la deserción escolar. Es decir, se promueven todos los factores que hacen que la clase trabajadora no pueda acceder a una educación gratuita y de calidad. Lejos de reducir las diferencias de clase, como proponen algunos, las marca todavía más y logra mantener estable un sistema injusto. Tenemos que tener en cuenta entonces que la conquista de la educación pública y gratuita no es algo que nos van a regalar. Se trata de un reclamo que debemos salir a exigir y arrancar a la burguesía y a su garante, el Estado.

En base a eso, una de las mayores preocupaciones para nosotros debe ser el aumento del presupuesto para nuestros colegios y también poder decidir que hacer con ese presupuesto, porque no nos interesa luchar para que luego las autoridades hagan lo que les guste con el presupuesto. Exigimos que sea el Estado el que financie la educación, porque esto es una lucha directa contra el Estado para arrancarle las riquezas que nos ha robado desde siempre a los trabajadores. Mediante los impuestos y la propiedad privada, el Estado genera ganancias a partir de los trabajadores, al igual que la burguesía.

Sin la lucha, nos vamos a ver cercados por una institución a la cual no le importa la educación del pueblo. O si le importa, es en base a los intereses de la burocracia que lo controla. Los conocimientos que se transmiten están en función de las necesidades de la burguesía y solo esa clase tiene el derecho de decidir cómo, para qué y para quién se produce. Los estudiantes nos vemos limitados a recibir todo ese montón de información sin poder ni siquiera cuestionarla. Nos convierten en máquinas que el día de mañana puedan ayudar a mantener en pie una empresa capitalista o trabajar como funcionarios gubernamentales. Es hora de empezar a luchar por un cambio social radical que derribe todos estos patrones y estructuras y dé lugar a que nosotros como pueblo podamos empezar a tener poder de decisión sobre nuestra propia vida.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Elecciones UBA: Elijamos la lucha: ¡por la autoorganización de los estudiantes!

Como suele suceder casi regularmente todos los años hay elecciones en la UBA para centros de estudiantes, aunque este año también se votan los representantes estudiantiles para los consejos directivos y, en algunas facultades, para junta de carrera y director de carrera. Estas instancias de elecciones, si bien son todas instancias de delegación, guardan algunas diferencias, sobre todo las elecciones de centro de estudiantes con el resto ya que la primera refiere a un órgano gremial que debería ser para la lucha, y las últimas son claras instancias de poder dentro de la institucionalidad estatal y, por ende, forman parte del esquema de gobernabilidad del orden imperante. De modo que, si bien impugnamos las elecciones en ambos órdenes por reforzar la delegación y la escisión entre quiénes participan y deciden y quiénes no lo hacen, creemos necesario distinguirlas.

Los órganos de cogobierno, aunque con ligeras variaciones en su composición interna, reflejan la estructura de poder al interior de la universidad y, por ende, la presencia en los mismos implica legitimar dicho orden. Es poco probable entonces que desde allí puedan torcerse medidas a tomar o ser una tribuna donde poder instalar nuestros debates y posiciones. Por ello con respecto a este orden creemos que la política que debemos darnos quienes luchamos por la libertad e igualdad construida desde abajo ha de ser la misma que frente a los gobiernos nacionales, provinciales o locales: imponiendo por la movilización y en la práctica lo que queremos a estos estamentos, sin dicha movilización nada pueden hacer una minoría de representantes (aún suponiendo que sin grandes asambleas que los presionen cumplan al pie de la letra los mandatos de base), y si dicha movilización tiene fuerza para imponerse no tiene sentido exponerse a las tranzas y disputas que todo proceso electoral suele implicar.

El único modo de lograr la democratización de nuestros espacios es en la lucha, en las asambleas, en la militancia cotidiana en nuestros lugares de base y no en recintos cerrados en donde ni siquiera tenemos igualdad de voto. Otro debate debería ser si justamente estas instancias de representación al interior de la universidad y facultades no deben ser modificada por formas de coordinación entre los distintos actores educativos democráticas y no delegativas, pero justamente esos debates deben darse en instancias asamblearias, ya que la democratización no va a darse desde dentro de los órganos de gobierno sino por medio de la lucha.

Por otra parte, tampoco nos parece viable presentar una lista para ser la conducción del centro de estudiantes porque creemos que el movimiento estudiantil no puede ser conducido ni coordinado por ningún partido, organización estudiantil ni nada que esté escindido de su misma organización, es decir, por ninguna vanguardia. Bregamos por un centro de estudiantes asambleario, horizontal y para la lucha en donde los estudiantes- trabajadores se den sus propias medidas y las lleven a cabo ellos/as mismos/as sin la necesidad de votar ningún tipo de dirección, en coordinación con los docentes y no docentes de la universidad como así también con el resto de los estudiantes y trabajadores de la educación. El mejor modo de aportar a la construcción del movimiento estudiantil es participando en las instancias de organización que se dan en cada facultad, en cada curso, en las asambleas, compartiendo con nuestros compañeros codo a codo nuestras opiniones y avanzando en los debates. Las comisiones abiertas aportan en este sentido siempre y cuando tengan contenido político unido a la lucha y los estudiantes puedan ejercer en ellas la acción directa, coordinando en la asamblea como máxima instancia de decisión. De nada sirve “abrir” el centro mientras no se ponga en cuestión que esta decisión continúe en manos de unos pocos. Así como no se pone en cuestión el manejo de la caja de los centros, y mucho menos el origen de ese dinero en el trabajo asalariado de algunos estudiantes, los "becarios". Declarar formalmente que el centro es “abierto” no lo convierte en una estructura abierta ni democrática, en el sentido de la democracia directa y participativa.

Estas conclusiones, si bien tienen que ver con principios ideológicos, son sobre todo el fruto de experiencias concretas dentro de las facultades que habitamos. Los momentos de movilización que hemos podido compartir fueron producto de acciones colectivas y no decisiones de un grupo pequeño de militantes. Por eso es que no vemos la necesidad de gastar nuestras fuerzas, tiempo y dinero en las elecciones ni tampoco ir a votar un centro de estudiantes que nos represente, ya que tenemos que organizarnos desde abajo. La forma eleccionaria de la política solo lleva a desentendernos de los problemas cotidianos y estructurales que debemos enfrentar, votando a nuestros representantes para que ellos “hagan” la política. Si nosotros sólo aportáramos con ese voto, estaríamos reproduciendo una vez más el sistema en el que vivimos, delegando, dejando en manos de otros, nuestros propios problemas e intereses. De todos modos, creemos que lo esencial, más allá de lo que cada uno haga en el cuarto oscuro, es autoorganizarnos y luchar, pues de nada sirven miles votando a la izquierda si luego no se interesan por participar en la vida política de la facultad.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cómo quieren repartir la torta en tiempos de crisis

Después de pasar un tiempo alejados de las aulas, los vaivenes de la lucha electoral y las disputas de poder entre burgueses podrían hacernos creer que volvemos a vernos las caras en otras condiciones. Sin embargo, la crisis económica continúa y la correlación de fuerzas para hacerle frente desde las bases no ha cambiado.
A pesar de la aparente meseta en que ha entrado la crisis económica internacional, en nuestro país la situación para los oprimidos y explotados sigue siendo la habitual bajo este sistema (salvo cuando la lucha desde abajo y las necesidades de ganancias de la propia burguesía permitieron transitorias reformas). Hoy, como desde hace un par de décadas, los más ricos concentran cada vez más y el resto sobrevive como puede, mientras las supuestas luchas de “modelos” se reducen a ver en que aspecto se hace más hincapié para mantener la gobernabilidad del sistema. Así se gestionan las crisis en el capitalismo. Con hambre o con palos, el sistema le hará pagar a los de abajo los males que el propio sistema genere.
Es en este contexto estructural que debemos interpretar la coyuntura. Luego del traspié en las elecciones del 28 de junio, el kirchnerismo apuntó a negociar la gestión de la crisis con los distintos sectores burgueses mediante el llamado al “dialogo”, que no podía dejar de contar con ese inestimable aliado a la hora de mantener la gobernabilidad llamado burocracia sindical. Lo cual a su vez no quitó que cada fracción buscase llevar agua para su molino. El kirchnerismo buscó recuperar terreno político mediante la aprobación de las facultades delegadas, un golpe oportunista al monopolio mediático “Grupo Clarín” (al “estatizar” los derechos de televisación del fútbol), y un proyecto de ley de arrendamientos que apuntan a dividir a la oposición campestre. El “campo” a su vez se lanza de nuevo al ruedo con sus medidas de fuerza, mientras las expresiones políticas que lo defienden no encuentran un liderazgo claro.
Mientras tanto, todos reprimen como pueden, en Capital se multiplican los desalojos para favorecer los negociados de un mercado inmobiliario que excluye a las mayorías y de paso también acabar con espacios “molestos” (Huerta Orgázmika, Centro Cultural Almagro, IMPA, etc.), a la par que se crea una policía metropolitana que, según lo reconocen los propios funcionarios PRO, tiene por misión reprimir a los de abajo. Se hace ahora explícito un viejo anhelo de la clase media fascistoide: el “liberar las calles”. La expresión “sí o sí hay que poner orden” parece formulada en un contexto donde las masas se encuentran en las calles luchando contra las injusticias del sistema; y sin embargo sólo refiere a los escasos frentes de lucha que la clase trabajadora ha podido sostener. Cualquier intento de manifestación, denuncia, resistencia, o lucha para mejorar las condiciones de vida de los oprimidos será puesta bajo una figura judicial de tipo delictiva para justificar la represión abierta.
En provincia desalojan fabricas recuperadas, caso Textil Quilmes, y gastan millones en equipar a la policía con cámaras, móviles y armas (pistolas “Beretta 2x4”, elegidas por disponer de una mayor precisión de tiro). Incluso hasta la creación de empleo viene atada a formas burdas de mantener bajo control la desigualdad, véase el plan de 100.000 empleos bajo la figura de monotributistas por 1300 pesos, que permite armar una red clientelar a la par que no cuestiona un empleo precario y mal pago que muchos expertos ponen como la causa de que, como señalamos al principio de este texto, la miseria sigue en niveles similares a los de hace 10 años.


La gestión de la miseria en la educación


Por nuestro lado, el sistema cuenta con sus propias versiones de gestionar la miseria y la exclusión en el ámbito educativo, la ya tradicional y endémica falta de presupuesto y sus incondicionales acompañantes (edificios que se caen, sueldo miserables o incluso inexistentes, etc.) no han cambiado con el último lavado de cara, el nombramiento de Alberto Sileoni como nuevo ministro de educación nacional. Ante la presión mediática de decir algo nuevo o demostrar que tiene algún tipo de iniciativa propia, a Sileoni no se le ocurrió más que sugerir un cambio de modelo secundario de aprobación por materias. Frente a las exigencias de los organismos externos, este modelo parece ser el mejor para bajar el índice de la deserción escolar, poniendo en el eje a los números estadísticos y buscando coincidir con la visión burguesa que se tiene de la escuela como cajita contenedora, y no pensando en una educación de mayor calidad para el pueblo.
El no tan flamante ministro, también refunfuñó cuando le recordaron que debería sentarse a “negociar” (suponiendo una reciprocidad de partes) con las decenas de gremios docentes. Aunque no faltan burócratas en los mismos, Sileoni hubiese deseado que la burocracia sindical fuese en el área tan sólida como en otros sectores, de modo de poder negociar más fácilmente los miserables sueldos docentes. En este sentido, parece ser que las paritarias salariales se dejarían para el verano que se aproxima.
Lo que no para de crecer en todo el país, es el financiamiento estatal de los negocios educativos privados (en Capital directamente se le saca a la educación pública lo que va a la privada) y a su vez el sometimiento del sistema educativo público por parte de empresas privadas (en este plano es paradigmático el debate sobre si las universidades nacionales deben aceptar los fondos de la contaminante minera La Alumbrera, que le corresponderían por ser las mismas, parte integrante de la unión transitoria de empresas que explota dicho yacimiento).


¿Y los de abajo qué hacemos?


Por lo visto, las soluciones a las crisis del capitalismo no vendrán de parte del Estado, ni de las burocracias sindicales. O mejor dicho, las soluciones que traigan seguirán beneficiando a la burguesía (ya sea agropecuaria, industrial, golondrina, o a los empresarios sindicales) o al partido de turno en el poder estatal (FPV en la época que nos toca). Esta crisis es un tropiezo para el capitalismo, pero como un tropiezo no es caída, este sistema no se derrumba hasta que la clase trabajadora organizada lo destruya. Es por eso que nosotros/as como estudiantes y trabajadores/as de la educación debemos organizarnos desde cada espacio de base para voltearlo.
Hoy como ayer nadie luchará por nosotros, ni “vanguardias” ni “representantes”: para ganar nuestros derechos debemos vencer la inacción y el miedo, el único derecho que tenemos los oprimidos es aquél que somos capaces de defender en la calle.



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