miércoles, 20 de octubre de 2010

Toma de Sociales - UBA

La lucha nos marca el camino: Asambleas y acción directa

Hoy es claro que los 45 días de toma de las tres sedes la Facultad de Sociales no eran un capricho de los y las estudiantes. Los 1500 estudiantes que en asamblea votábamos su continuidad, teníamos un objetivo del que sabíamos que no nos íbamos a bajar.
Nuestro derecho a un edificio único para sociales, relegado por más de una década, hoy da un paso más adelante motorizado por la lucha.
El sostenimiento de la medida fue un acierto de este movimiento estudiantil, que a pesar de las difamaciones de la gestión y sus cuestionamientos a nuestro modo de organizarnos, supo seguir y no aceptar la nada que nos ofrecían.
Durante más de un mes estuvimos decidiendo, asamblea tras asamblea, qué pasos seguir y a quién dirigir nuestro reclamo, desde las autoridades de la facultad y la universidad hasta el gobierno nacional.
El desenlace del conflicto nos demuestra la coherencia y fuerza de todas las instancias que supimos llevar adelante durante la lucha. Haber conseguido una partida extraordinaria nos evidencia que la resolución del problema edilicio de sociales no es un problema burocrático, como nos quiso hacer creer la gestión de la facultad, sino una cuestión política.
Nos parece necesario destacar además, que el desenlace de este conflicto no es resultado de haber tenido una buena dirigencia o conducción, sino que es consecuencia de la discusión entre compañeros/as y la toma de decisiones en asamblea de los pasos a seguir, conformando una unidad en las reivindicaciones y en las medidas, mandatando a los compañeros y las compañeras que asistían a las reuniones con la gestión o en los ministerios.
Las conquistas las conseguimos organizados en asamblea, decidiendo todos y todas con nuestra voz y voto. Pero tenemos que tener en cuenta que esta lucha nos dejó el saldo de las causas de los compañeros/as y es por eso que esta lucha no termina. Ahora nuestra tarea es lograr el desprocesamiento de los compañeros/as por luchar. Es fundamental no bajar la guardia y mantenernos organizados/as.

¡Arriba los que luchan!

La lucha marca el camino…

Con Asamblea

Las asambleas masivas (de hasta 1500 estudiantes) demostraron que la asamblea es el órgano soberano que delinea y decide cuál es la línea política y las acciones que decidimos llevar los y las estudiantes de sociales. De allí es que surgen medidas como el escrache a la ExpoUba, los cortes de calle en unidad con los/as estudiantes secundarios, la construcción de un comedor en Consti, las marchas a los organismos estatales y la toma del ministerio de Educación. Lo que garantiza que estas medidas se realicen es el compromiso conjunto de llevar adelante lo que se decide, codo a codo con cada compañero y compañera.

Desde la Tendencia Anarquista en Educación reivindicamos la validez de la asamblea, no sólo para canalizar la participación de los y las estudiantes en lucha durante un conflicto sino para que, en el largo plazo, se convierta en el órgano máximo de decisión de la organización estudiantil. Claramente lograr que esta herramienta se fortalezca en este sentido, es una tarea que no está completa ni mucho menos. Éste es el objetivo que debemos ponernos por delante aquellos/as que apoyamos una construcción del movimiento estudiantil que supere a la función de chapa y caja que hoy tienen muchos de los centros de estudiantes, los que vamos por una organización asamblearia y de lucha.

En este sentido, sabemos que hoy en día no todos/as los/as que votan a la izquierda participan activamente. Tenemos por delante la tarea de acercar cada vez más compañeros y compañeras, fortaleciendo la participación en las asambleas y no delegando nuestra decisiones en otros. Las asambleas son el fiel reflejo de la suma de compañeros/as que aportan a la difusión y a las medidas de lucha que se organizan.

Fue la lógica electoralista la que, en medio del conflicto, quiso filtrarse y jugarnos en contra, queriendo sembrar acusaciones y desvíos en la lucha. Pese a esto, hemos logrado en las asambleas mantener la unidad, especialmente frente a la presencia (pobre sin duda) de las agrupaciones kirchneristas de la facultad. Es así entonces que creemos que en esta lucha hemos dado un paso más en la construcción de un movimiento estudiantil con organización de base.

Con Acción directa

Las tomas, la comisión del comedor, las clases públicas, las materias autogestionadas, los cortes y los escarches fueron medidas de fuerzas, pero también de discusión, difusión y generadoras de compromiso entre los y las estudiantes.

Las organización de los/las compañeros/as de materias autogestionadas fueron prácticas concretas que rompieron con la autoridad del docente y la imposición de contenidos. Los estudiantes dejaron de ser pasivos en la construcción del conocimiento para empezar a construir una universidad distinta al orden impuesto.

La toma fue un espacio de debate y formación, y esto se evidenció en la camada de activistas surgidos al calor de la lucha. Muchos compañeros y compañeras comenzaron a participar activamente en este proceso interiorizándose en el problema del edificio único y fortaleciendo las medidas.

Todas estas prácticas han sido acciones directas, decididas y llevadas a cabo sin intermediarios, permitiendo el protagonismo de los compañeros y las compañeras.

La fuerza y el compromiso creció asamblea tras asamblea, frente y a pesar de las provocaciones de las agrupaciones oficialistas, en cada corte, en las marchas, en las tomas. Creemos, de todas maneras, que podemos seguir creciendo.

Este proceso no sólo nos acercó más al edificio único, sino que dejó marcado el camino de cuál es el método organizativo que se debe dar el movimiento estudiantil en lucha: LA ASAMBLEA, como así también cuál es la forma de generar compromiso y participación, LA ACCIÓN DIRECTA.

En este contexto, vemos cómo queda demostrada la posibilidad de que el centro de estudiantes también se democratice, ya que las formas asamblearias y las comisiones no deben ser una forma excepcional para los momentos de lucha, sino la regla para toda la lucha y organización estudiantil. ¿Para qué necesitamos una conducción del centro de estudiantes si la asamblea es la responsable política decidiendo cómo seguir con la lucha? Cualquier asamblea en la que todos y todas tenemos voz y voto será infinitamente más democrática que cualquier consejo directivo.

Desde la Tendencia Anarquista en Educación bregamos por un centro de estudiantes que funcione con asambleas y comisiones de trabajo y donde allí se decidan las políticas generales para la lucha. Creemos que hace más de un mes que el movimiento estudiantil se está sabiendo dar esa forma de funcionamiento y tenemos que poder llegar a mantenerlas, garantizando que cada estudiante puede expresarse, decidir y realizar de manera igualitaria junto al resto de los estudiantes agrupados y no agrupados.

La parálisis del antidemocrático gobierno universitario frente a la democracia directa

Las negociaciones con Caletti demostraron que no podemos esperar nada de las instituciones antidemocráticas. En la reuniones con la gestión quedó demostrado que no tenían interés en tomar el eje central de nuestra lucha. Nos pasearon por diversos temas y pusieron condicionantes como la devolución del espacio en el que los y las estudiantes construimos el comedor que Constitución no tenía y se atrevieron, además, a cuestionar nuestras formas organizativas.

Fue en ese marco organizativo que nos sentamos a negociar con la gestión de la facultad: organizados en asamblea, con delegados mandatados y pudiendo ser revocados si no llevan nuestro mandato. Es decir que la delegación que se sentó a discutir con la gestión no fue a decidir ni firmar nada sin la discusión y la decisión previa con todos los compañeros y compañeras que estábamos luchando. Nos resultó muy significativo que la gestión y los profesores presentes en las reuniones que se dieron, no comprendan el modo en que nos organizamos los estudiantes. Se preguntaba Caletti “¿esto es una negociación en la que ustedes no pueden negociar nada?”. No nos sorprende que no sepan nada de la democracia de base y hasta fueron tan cínicos que pretendieron darnos consejos y cuestionar nuestras mejores tradiciones de lucha. Propusieron sugestivamente: “tengamos la prudencia de preservar este espacio, sin someterlo a ningún gran hermano que distorsiona lo que sucede, porque las presiones vuelven sobre esta comisión y dejamos de conversar con la libertad que nos da la confianza de un ámbito protegido, preservado”

Nuestros métodos de lucha cuestionan las formas antidemocráticas por las cuales las autoridades, que se dicen progres, funcionan. Por eso se vieron agredidos y tienen miedo de que su maquinaria institucional deje de funcionar. Pidieron a gritos que funcione el Consejo Directivo porque es antidemocrático y claramente no representa los intereses de quienes luchamos. Y fue justamente por eso que ese órgano no pudo resolver este conflicto. Órgano que es tripartito y que debería condensar los intereses de los tres claustros. Los hechos demuestran que no es así, esa instancia no nos representa. De todos modos, aunque la forma que utilizamos fue progresiva, nos parece que todos/as los/as compañeros que ingresaron a las reuniones debieron ser votados en la asamblea (y no sólo los compañeros no agrupados); ya que creemos que hubiera sido un paso más para terminar con la división entre agrupados y no agrupados. Somos todos compañeros y compañeras que luchamos por el edificio, por mayor inclusión en la universidad, por mayor presupuesto, en contra de la mercantilización de la educación.

Unidad de los que luchan

Mucho se ha dicho acerca de que el conflicto en las facultades era solo el rebote de lo que sucedía en los secundarios, pareciera que desconocen esa práctica que es la solidaridad, hacer del reclamo de los otros el propio.

Pero no sólo eso, parecieran desconocer cuál fue el denominador común de todos estos conflictos: el vaciamiento de la educación pública y la oposición a los modelos mercantilizadores de la educación tanto macristas como kirchenristas.

La solidaridad se manifestó en las acciones conjuntas con terciarios, universitarios, secundarios y trabajadores.

Es importante mencionar las asambleas interestudiantiles. Esta instancia se dio para poder coordinar y decidir desde las bases de cada espacio en lucha con secundarios, terciarios e universitarios.

Compañeros y compañeras que esta experiencia sea el norte que oriente la construcción de un movimiento estudiantil en lucha, bajo la bandera de la Acción Directa Asamblearia que nos demostró el poder de movilización que poseemos.

Nuestras tareas:

Ahora no tenemos que bajar los brazos y pensar que ya ganamos todo. Las tareas que tenemos por delante son en principio son muchas:

- Conseguir los desprocesamientos de todos los estudiantes. Tenemos que movilizarnos y discutir en la comisión antirrepresiva cómo vamos a organizarnos hasta conseguir que bajen todas las causas a todos/as.

-Además, ahora que conseguimos una partida extraordinaria para la construcción de la tercer etapa del edificio (no olvidemos que no es todo el presupuesto necesario para terminar el edificio) tenemos que permanecer organizados haciendo el seguimiento de las obras y las condiciones de dicha construcción. También tenemos que presionar y exigir a la gestión el inmediato comienzo de las refacciones de Ramos y MT.

-Nos parece importante mencionar que el comedor que construimos en Constitución es un espacio a defender. No podemos quedarnos sin bar/comedor hasta que realicen el comedor provisorio. Es fundamental que sigamos discutiendo en la comisión, entre todos y todas, cómo va a funcionar este espacio y todos los espacios del Centro de estudiantes.

- Materias autogestionadas: Un aprendizaje que nos deja la toma son las materias que funcionaron sin los docentes. Es un ejemplo a seguir y a profundizar ya que nos parece un gran avance para debatir qué contenidos queremos, cómo construimos el conocimiento y en el fondo es un paso en el debate sobre qué universidad queremos.

¡Desprocesamiento de todos y todas los y las estudiantes!

¡Sigamos luchando para hacer cumplir las conquistas que conseguimos!

¡Construyamos un movimiento estudiantil democrático, desde abajo, que funcione en asambleas y comisiones de trabajo, donde todos/as decidamos y pongamos en práctica dichas decisiones!



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